Seguirle el ritmo a la vida que nos encamina el destino, un destino que no nos deja dormir tranquilos. Permanecemos pendiente de lo que nos vaya ofreciendo y tratando de ser felices con lo poco que nos da, por mas poco que sea nos contentamos como miserables pidiendo limosna.
Buscamos en todas las cosas que tenemos alrededor un poco de felicidad, cuando no podemos obtener lo que esperamos, lo desechamos sin más, sin lamentaciones, sin reproches, sin miedo a lo que pueda venir después. Tener la certeza que con ello no lograremos ser felices para poderlo desechar, olvidarse de esa meta, terminar la búsqueda que por más que busquemos no encontraremos nada.
Es un misterio como cambiamos de objetivos en la búsqueda de encontrar algo, nos alienta a seguir viviendo, seguir buscando, seguir es la clave. El problema está en que camino tomar, arriesgarse por un camino sin conocer, sin recorrer, sin saber a dónde nos llevara o que piedras encontraremos en nuestro andar. A veces, pienso que es el mismo camino, con la misma piedra que hace años vengo tropezando, pero no, se asemejan, y solo queda tener la esperanza que detrás de esa piedra encuentre algo que nos haga renovar las ilusiones perdidas a lo largo de tantos caminos sin terminar, sin ilusionarnos, sin encontrarla, sin tropezarme con ella. Sin tener que emprender un camino nuevo. Pero no es tan fácil seguir viviendo.
Siempre hay algo que nos impulsa a seguir buscando, seguir adelante, tantas veces caeremos que seguiremos sin importar que la piedra con que nos tropecemos seguirá en el mismo sitio. Nos ilusionamos con tantas cosas, pero solo un camino nos llevará a obtener lo que buscamos. Un camino que nunca llegamos a recorrerlo del todo, las piedras y las tormentas impiden que lo hagamos, tropezamos y caemos, nos damos por vencidos, pero siempre hay ese misterio de seguir viviendo.
El misterio de seguir viviendo, una pregunta más sin resolver......
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